En el desierto de Atacama en Chile, hay millones de vidrios regados por la arena.
Algunos muy grandes, incluso pueden llegar a tener 50 cm de ancho.
Y un grupo de científicos decidieron recolectarlos para estudiarlos.
Juntaron más de 300 muestras y las examinaron con un microscopio electrónico para analizar la composición.
Hallaron que dichos fragmentos, tenían minerales exóticos, que en general no son terrestes, de hecho insisten en que parece como si hubieran sido dobladas y retorcidas de alguna manera para llegar a la forma que tienen en la actualidad.
Una de las primeras hipótesis sugirió que podrían ser el resultado de la explosión de un gran meteoro en la atmósfera.
Los resultados sugieren inequívocamente que el vidrio no es totalmente de este planeta, según el equipo que realizó la investigación.
“Esta es la primera vez que tenemos evidencia clara de vidrios en la Tierra que fueron creados por la radiación térmica y los vientos de una bola de fuego que explotó justo encima de la superficie”, dice Schultz.
Otra sorprendente coincidencia es que se supone que cuando sucedió el estallido aéreo, también desapareció parte de la fauna de América del Sur.
Algo que se prevee, fue sincrónico a la llegada de cazadores a la zona y a los cambios climáticos: “Es demasiado pronto para decir si hubo una conexión causal o no”, dice Schultz . “Pero lo que podemos decir es que este evento ocurrió casi al mismo tiempo que cuando pensamos que la megafauna desapareció, lo cual es intrigante”.
Los científicos que participaron del proyecto son Peter H. Schultz; R. Scott Harris; Sebastián Perroud; Nicolás Blanco; Andrew J. Tomlinson.
