Mi familia es mi mayor tesoro. Es mi lugar en el mundo. Nosotros somos seres reales, así como nos conocés: Bochi, Mica, Elvis, yo… todos tenemos errores, pedimos perdón, nos peleamos, nos damos oportunidades… Hacemos ruido, nos tenemos paciencia, nos queremos…
Mi familia es mi hogar. Es ese rincón inmenso al que siempre puedo acudir. Es el pañuelo que seca mis lágrimas. Es mi casa. Es el lugar que me cuida, en donde huelo infancia, en donde huelo madurez, crecimiento, aprendizaje…
Aquí crecimos todos juntos. Aquí nos superamos en equipo. Me encanta llegar a casa y abrazar a mi familia. En estos abrazos y en esos besos encuentro todas las respuestas.
Los días son muy largos. Ellos forman mis valores, ellos hacen que yo me sienta como me siento y son personas indescriptibles. Yo muestro mucho pero a ellos les pertenece todo aquello que uno no puede contar. A ellos uno les debe los secretos más profundos, los mayores desvelos, las mejores sonrisas…
Y hay momentos en que a veces sí se pueden romper algunas cosas, tenemos dolores muy grandes… pero la familia es la familia. Es mi origen; es mi destino. Somos aliados. Nos encanta estar juntos. Somos imperfectos, pero luchamos juntos… siempre juntos contra lo que venga. Contra viento y marea.
Eso te debe pasar a vos también. Uno de los mayores valores de la familia es la incondicionalidad, el cariño, el amor que con ellos respiramos. Son esos abrazos únicos. Esos 15 segundos necesarios para intercambiar la energía y para poder salir a pelear el día a día.
La familia es como como la música, con algunas notas altas y otras bajas. Pero caminar juntos siempre es una hermosa canción. Tu familia, como la mía, es lo más grande que tenemos. Es nuestro mayor tesoro y es lo que tenemos que cuidar.
Te lo dice un amigo.
