¡Hola, amigos! Hoy quiero hablarles de la forma en que decimos las cosas, en cómo tratamos a los demás. La palabra, cuando la decimos con amor, con amabilidad, tiene otro efecto. No es lo mismo decir algo con bronca que con amor. La misma palabra, dicha con un tono diferente, lo cambia todo.
Las palabras son tan importantes que a veces ni nos damos cuenta del impacto que tienen en nuestra vida y en la vida de los demás. Una palabra puede levantar el ánimo, puede motivar, puede cambiar un día, puede cambiar una vida. Así que pensemos antes de hablar.
Nunca sabemos las batallas internas que las personas están enfrentando. ¿Qué queremos transmitir? ¿Qué queremos generar en el otro? Porque las palabras no se las lleva el viento. Las palabras quedan. Si somos amables y considerados creamos un espacio donde las personas se sienten valoradas y respetadas. Esto no nos hace menos, sino que nos engrandece. Pensar en el otro y no ser impecables con nuestras palabras implica no solo ser honestos, sino también hablar con intención y cuidado.
Pensá bien antes de hablar. Pensá bien antes de decir lo que quieras decir. Porque puede cambiarle la vida a una persona. Puede motivar, puede lastimar. Elegí bien tus palabras. Elegí bien cómo decir las cosas. Las palabras tienen poder. Poder de cambiar todo. Poder de destruir o de construir. Las palabras tienen un poder enorme. Depende de vos. Elegí bien. No te olvides nunca de eso.
Te lo dice un amigo.