jueves, abril 25, 2024
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Chau, tiempo muerto

Un día, en ese momento entre el noticiero y la radio, me fui a un café para almorzar algo liviano. Lo hice muchas veces. Lo llamé “tiempo muerto”. Hasta que en un momento algo hizo clic en mi cabeza: ¿de verdad creo que ese es tiempo muerto? ¿O tiempo necesario para juntar fuerzas y seguir? ¿Qué importancia le doy al tiempo del descanso? ¿Y al ocio? ¿Al esparcimiento? Si tengo un tiempo de ocio, ¿me las ingenio para convertirlo en trabajo? 

Tiempo muerto, para mí, siempre fue el tiempo no productivo. Alguno podrá decir que es la ambición lo que hace que no te tomes un tiempo libre. Y yo puedo responder que es el miedo al aburrimiento lo que me obliga a ocupar el tiempo muerto. 

Sé, efectivamente, que la paradoja es que este ritmo de vida que veneran las sociedades occidentales tiene consecuencias negativas para la salud. Que no tener un tiempo libre nos aleja bastante de lo que entendemos por bienestar. Esta forma de vida nos lleva directo al estrés y, por consiguiente, acarrea serios problemas para nuestro cuerpo

El tiempo muerto, como yo lo llamo, o el tiempo perdido es simplemente ocio. Y para que siga siéndolo, no tengo que ocuparlo en inventar tareas, ni buscar trabajo extra. 

Hace unos meses me lo propuse y, aunque me cuesta, ahora estoy tratando de aprender a no utilizar más esa frase que es un horror. Chau, tiempo muerto. Hola tiempo, para mí. Bienvenido el ocio. 

Te lo dice un amigo. 

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