Hola de nuevo, queridos amigos. Les quiero contar una historia.
Había una vez un anciano sabio en un pequeño pueblo. El hombre era muy conocido por su conocimiento y por su sabiduría. Un día, un joven se le acercó y le preguntó:
—Sabio, ¿cuál es el secreto para vivir una vida plena y feliz?
El anciano sonrió y le respondió:
—Antes de darte la respuesta, quiero hacerte tres preguntas. Si las contestas, encontrarás la respuesta por ti mismo.
El joven asintió, y el anciano formuló la primera pregunta:
—¿Qué es lo más importante en la vida?
El joven se quedó pensando por un momento y luego respondió:
—El amor.
—Bien, es cierto —dijo el anciano con una sonrisa—. Ahora dime, ¿qué es lo más valioso que posees?
El joven reflexionó unos segundos y respondió:
—Mi tiempo.
—Muy bien —afirmó el anciano—. Y por último, ¿qué es lo que más miedo tienes de perder?
El joven pensó un poco más y contestó:
—A mis seres queridos.
El anciano volvió a sonreír y le dijo:
—Has dado las respuestas que estabas buscando. El amor es lo más importante porque nos conecta con los demás. El tiempo es lo más valioso que tenemos porque es limitado y debemos aprender a usarlo sabiamente. Y nuestros seres queridos son lo que más tememos perder porque son quienes nos acompañan en el camino de la vida, ya sean familia o amigos.
Esta enseñanza nos recuerda que el amor, el tiempo y nuestros seres queridos son los pilares fundamentales para vivir una vida plena y feliz. Valorar y cuidar estos aspectos nos permitirá vivir con mayor satisfacción y sentido.
Te lo dice un amigo.