Cada seis meses, el mundo de la peluquería se renueva con las colecciones de corte y color que marcan la pauta para la temporada. Las grandes marcas como L’Oréal y Wella nos presentan lo último en tendencias, inspiradas en pasarelas internacionales y diseñadas para llevar nuestra imagen al siguiente nivel.
Este año, por ejemplo, L’Oréal ha destacado el “Beurre Blonde” un rubio dorado cálido y luminoso que exuda brillo natural, alejándose de los tonos fríos y cenizos, y proponiendo cortes texturizados y livianos como el “Italian Bob”, que aporta sofisticación y movimiento sin esfuerzo
Por otro lado, Wella apuesta por el “Golden Hour Bronze”, un tono cálido que mezcla bronces y ámbares para crear un efecto brillante inspirado en la luz del atardecer, ideal para melenas morenas. Para las más atrevidas, sugiere el “Bold Teal Hair” es un azul verdoso vibrante que añade un toque de audacia y luminosidad, especialmente en cabellos oscuros.
Sin embargo, aunque estas propuestas son emocionantes y nos tientan a experimentar, la realidad es que nuestro cabello no puede adaptarse tan rápidamente a estos cambios sin sufrir las consecuencias.
Es imposible para nosotras, las mujeres, estar constantemente actualizadas con cada nueva tendencia sin comprometer la salud de nuestro cabello. Los procesos de coloración drásticos, como los cambios intensos en el color del cabello, pueden dañar la fibra capilar y llevarnos a una lucha constante por mantener nuestro cabello en buen estado.
En cuanto a los cortes, la variedad en las intenciones de corte puede hacer que el cabello no tenga tiempo suficiente para crecer y prepararse para la próxima temporada. Cambiar de corte cada seis meses puede ser emocionante, pero también puede resultar frustrante cuando el cabello no ha crecido lo suficiente para adaptarse a las nuevas tendencias.
Por eso, es fundamental que entendamos la moda no como una imposición, sino como una inspiración. No tenemos que ser esclavas de las tendencias; lo más importante es sentirnos bien con lo que vemos en el espejo. Debemos elegir lo que nos hace sentir cómodas y seguras, priorizando siempre la salud de nuestro cabello.
Si bien es cierto que las tendencias son una excelente referencia cuando queremos un cambio, no debemos obsesionarnos con seguirlas al pie de la letra. A veces, un pequeño ajuste o un toque sutil que nos haga sentir renovadas es más que suficiente. La clave está en adaptar la moda a nuestra personalidad y estilo de vida, no al revés.
Así que, mientras las pasarelas dictan qué es lo “in” cada temporada, recordemos que lo más importante es cómo nos sentimos con nosotras mismas. Y si alguna vez sentimos el impulso de un cambio, las tendencias estarán ahí para guiarnos, pero siempre desde una perspectiva que respete la individualidad y la salud capilar.
