Hay personas que tienen pareja, pero se sienten solas y vacías, como si no la tuvieran.
Hay otras que, por no esperar, deciden caminar al lado de alguien equivocado y en su egoísmo no permiten que ese alguien se aleje, aun sabiendo que no le hace feliz.
Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos que ya están destruidos por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable, o por el qué dirán.
Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, y ese viaje, duro complicado, incómodo, los llena de dolor y abandono.
Pero hay otras personas que están solas, viven, brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Son personas que no se apagan; al contrario, a pesar de la soledad, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque eso los ayuda a acercarse a sí mismos, a crecer, a fortalecer su interior.
Y esas personas son las que un día, sin saber el momento exacto, la hora, el día, ni el porqué, se encuentran al lado de alguien que les entrega verdadero amor. Se enamoran de una forma maravillosa, y caminan por la vida de la mano.
No hay que apurarse, porque todo llega a su tiempo. Y de la mejor manera.
Te lo dice un amigo.