A vos, que a veces estás bajón, te pregunto si ya te felicitaste por los momentos en que quisiste tirar la toalla y sacaste fuerzas para salir adelante. ¿Lo hiciste?
¿Ya te felicitaste por esas noches de insomnio, donde no podías dormir, y a las pocas horas te levantaste con una sonrisa y enfrentaste el día con mucha fuerza? ¿Ya te felicitaste por luchar y lograr hacer realidad tu sueño? ¿Por esos días que no podías contener las lágrimas, pero aún así sacaste fuerza para apoyar a quien lo necesitaba? ¿Todavía no?
¿Ya te felicitaste por guardar silencio ante una ofensa, aunque el alma te dolía, y mucho? ¿Ya te felicitaste por los amaneceres llenos de sol que tuviste la oportunidad de disfrutar? ¿Por los grandes amigos que supiste conservar, y por aceptar con paz a quien se fue?
¿Y por los éxitos, te felicitaste? ¿Por dar ánimo y amor sin esperar nada a cambio? ¿Por ser amado y respetado por alguien especial? ¿Te felicitaste por tener la alegría y la satisfacción de un trabajo bien hecho? ¿Por el amor de tu familia, por el cariño de tus amigos?
Felicitate, porque sos único e irrepetible. Por tus sueños, por esa pasión que ponés en lo que hacés. Por el amor que te tenés a vos mismo. Felicitate por ser fuerte, por aprender día a día, por saber que la divinidad en la que vos creés, sea cual sea, te tiene preparadas las mejores cosas en este mundo. Por la música, por el baile, por sonreír, por poder caminar, por correr, por saltar, por la magia de estar vivo. Yo también hoy me felicito.
Te lo dice un amigo.