¡Hola otra vez, amigos de La Unión! Aunque no parezca, Lomas de Zamora tuvo (y tiene) una participación preponderante en casi todas las historias de la Argentina, ya sean “mínimas” o “grandes”. La columna de hoy está dedicada a las Invasiones inglesas, una marca de sucesos vinculados con nuestro país en la que tuvieron participación nuestros pioneros, es decir, los primeros vecinos lomenses.
Para poner en contexto esta mención hay que decir que las Invasiones inglesas ocurrieron a principios del siglo XIX. Estas significaron la incorporación de la región a las guerras napoleónicas, conflicto que enfrentaba entonces a las dos potencias europeas como el Reino Unido y Francia. La guerra entre estos países del Viejo Continente otorgaba a los vastos territorios hispanos en América un papel estratégico y económico de gran importancia para Inglaterra, que se hallaba en plena Revolución Industrial.
La Primera Invasión Inglesa en 1806, en la que las tropas británicas ocuparon la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata. Los ingleses fueron derrotados 45 días después por un ejército proveniente de Montevideo comandado por Santiago de Liniers, al que se sumaron milicias populares porteñas, en un proceso conocido como La Reconquista.
La Segunda Invasión se produjo un año más tarde, en 1807: las tropas británicas, luego de tomar Montevideo, fueron rechazadas cuando intentaron ocupar Buenos Aires por las fuerzas defensoras, que se componían de tropas regulares y de milicias urbanas, integradas por vecinos que se habían armado y organizado militarmente. Este proceso se llamó Defensa.
Ahora bien, ¿y Lomas? Durante la Segunda Invasión, el 28 de junio de 1807, la División británica al mando del mayor Gower avanzó con sus tropas desde las costas de Quilmes hacia lo que era el Monte Correa. Sin encontrar mayor resistencia avanzó hacia el Puente Chico. Mientras tanto, el comandante del Ejército invasor, teniente general John Whitelock, con su división de Infantería se internó en las tierras altas de la zona, cruzándolas por lugares que hoy podrían ser la traza de la avenida Eva Perón (ex Pasco). Su paso fue tranquilo por la poca defensa desplegada en la zona y, entonces, muy despoblada.
Las fuerzas de Whitelock siguieron su marcha hasta llegar al río de La Matanza, atravesándolo por un paso ubicado en las inmediaciones del actual Puente de La Noria. Una vez en la otra orilla, el general Gower libra un combate en los Corrales de Miserere, derrotando ampliamente a las tropas al mando de Liniers, que emprenden la retirada para organizar su defensa. Otra columna dirigida por el general Mahon converge también sobre Buenos Aires y de esta manera son tres los ejércitos enemigos que atacan la ciudad, esta vez defendida por militares y civiles. Entre ellos se destacan por su valentía Anacleto de las Cajigas, José Adrogué, Francisco Portela y Tomás Grigera, cuatro vecinos de Lomas. ¿Qué tal?