jueves, diciembre 5, 2024
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Las huellas de la herencia francesa en Temperley Este

¡Hola de nuevo, amigos de La Unión! Qué les parece si le dedicamos la columna de esta semana a conocer un poco más sobre nuestros antepasados, esos hombres y mujeres que muchos años atrás eligieron a nuestro partido para establecerse y formar una familia. 

Todos conocen acerca de la gran inmigración europea de entre fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Unos años antes, los ingleses habían marcado a fuego nuestra zona de la mano del ferrocarril y muchos de ellos se asentaron en las calles de lo que hoy es Temperley, Banfield y Lomas. Luego, por supuesto, fue el turno de los españoles e italianos: casi todos tenemos algún bisabuelo “tano” o “gallego”. También hubo inmigrantes polacos, rusos, ucranianos, alemanes… y franceses. Hoy es su turno. 

Es difícil escribir sobre la inmigración francesa en Lomas de Zamora sin empezar por la historia de Juan Pereuilh. Nacido en Navarré du Pau, en los Bajos Pirineos, llegó de joven a la Argentina para trabajar en el Ferrocarril del Sud. Ingresó en 1868 como peón y en poco tiempo ascendió a capataz. Desde 1871 hasta 1877 fue jefe de estación honorario de Temperley. En 1876 el director general de Correos, Eduardo Olivera, lo nombró encargado de la estafeta de la Estación de TemperleyDesde 1988, se lo recuerda gracias a una calle que lleva su nombre.

Pereuilh volvió a Francia para casarse. Tuvo dos hijos, Andrés y Esteban. Al volver a nuestro país, lo hizo acompañado: se trajo a varios compatriotas especializados en distintos oficios, especialmente la construcción, y los puso a trabajar. En 1884, por ejemplo, edificó en Avellaneda y Meeks un hotel y al año siguiente incorporó la venta de materiales para la construcción, utilizando un galón al que luego le anexó un aserradero. Utilizaba también como depósito la playa de cargas del ferrocarril, hoy la Plaza Espora. 

Los inmigrantes franceses fueron edificando sus casas en la zona comprendida entre la avenida Almirante Brown y Colón, desde Juncal hasta Pasco. En esa pequeña Francia estaba la reconocida panadería “La Marsellesa”. Los franceses de Temperley se reunían en el almacén de madera que estaba en la calle Ituzaingó, frente al club Lawn Tennis, que pertenecía a un tal Aussenac. Se quedaban comiendo, bebiendo y cantando canciones de su tierra natal. 

El arquitecto Juan Moliné, otro heredero francés, construyó a principios del siglo pasado la quinta Santa Gertrudis, en la calle Esmeralda 885, de estilo art nouveau, rodeada de un parque encantado. Actualmente en el lugar funciona la residencia geriátrica “Las Camelias”. Además, fue significativa la llegada de los ingenieros que ayudaron a construir el ejido urbano de Temperley y de los que viviendo en la ciudad de Buenos Aires tenían sus quintas de veraneo en Lomas. ¿Qué tal? En fin amigos, otra muestra más de la riqueza cultural de nuestro partido. Hasta la semana que viene! 

Artículo publicado en el diario La Unión de Lomas de Zamora.-

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