Me acuerdo cuando te tuve por primera vez a upa. Cuando salíamos a caminar porque querías ver la luna. Se transformaba tu cara cuando la mirabas. No tenías ni un año. Ahora cumpliste 28. Dios. Cómo paso todo tan rápido. Tan intenso. Tan vivo. Tan hermoso.
Cada momento de tu vida está calado en mi alma. Tu colegio. Tus amigos, esos que siempre están. En las buenas y malas. Tus progresos. Tus berrinches que, por cierto, son muy breves. Tu ansiedad eterna (a quién habrás salido…) ¡Tu búsqueda de la perfección! Tu deseo de ser actriz desde que aprendiste a hablar. Tu paso por la escuela de Hugo Midon: cada sábado había que acompañarte a Palermo. Te perdías los partidos de hockey. No importaba, porque ya sabías tu destino.
Tu don de buena persona. Es lo más importante de nuestra vida: ser buenos seres humanos. Y vos lo sos. Tu capacidad para memorizar cualquier cosa es algo de otro planeta. Tu capacidad para sobreponerte a los sinsabores del camino con una fortaleza admirable. Tu perseverancia. Tu talento.
Podía hablar horas de vos y escribir miles de párrafos, Mica. Solo voy a agregar que sos nuestra luz. Te deseo que seas feliz, que eso es lo más importante. Vos mereces todo lo que vas consiguiendo en la vida. Es todo tuyo. ¡Y vas siempre por más! ¡Te amo, loquita linda! No pierdas nunca esa sonrisa.
Papá