sábado, febrero 15, 2025
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No juzgar sin saber la historia completa

Hola, amigos. Les quiero contar una historia. 

Una mujer, mientras aguardaba por el horario de salida de su vuelo en la sala de espera de un aeropuerto muy grande, decidió comprar un libro y un paquete de galletitas para pasar el tiempo. Se sentó y trató de relajarse leyendo hasta que notó que un hombre se sentaba a su lado y comenzaba a tomar galletitas de su paquete

Al principio, ella pensó: “¡Qué descarado! ¿Cómo se le ocurre comer mis galletitas?”. La molestia crecía a medida que el hombre seguía tomando galletitas, pero la mujer no decía nada. 

Cuando quedaba solo una, el hombre la partió por la mitad y le ofreció una mitad a la mujer. Ella se sintió tan indignada que agarró sus cosas y se fue a la sala de embarque sin decirle una palabra.

Ya en el avión, al abrir su bolso, descubrió que su paquete de galletitas estaba intacto. ¡Qué vergüenza! En ese momento se dio cuenta de que el hombre había estado comiendo sus propias galletitas y que ella lo había juzgado injustamente. ¡Incluso le ofreció compartir la última! Todo había sido una confusión

Esta situación nos invita a reflexionar sobre cuántas veces sacamos conclusiones precipitadas y juzgamos a los demás sin conocer la verdadera historia. Antes de dar una opinión es importante observar y entender la situación completa.  

¡No saquemos conclusiones sin conocer la verdad! 

Te lo dice un amigo. 

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