Vivo con la absoluta convicción de que hay que caminar por la vida con actitud positiva. Desde chico sabía que para avanzar debía dibujar un punto lejos en el horizonte, bien alto, aunque me resultara al principio inalcanzable. Un punto hacia donde dirigirme, un punto que era un sueño. Intuía que era posible acercarme a él, pero tenía que ser perseverante en mi actitud: era la única forma de llegar a ser periodista y poder vivir de mi pasión.
Los riesgos estaban. Me caí, varias veces. Pero estuve obligado a levantarme, una y otra vez. Siempre les digo que lo importante es el camino.
Para alcanzar nuestros objetivos a veces solo hay que animarse a cambiar. A salir de la zona de confort. A empezar el recorrido de un nuevo camino. O simplemente, a caminar más despacio y hacer menos kilómetros. ¿Estamos dispuestos a dejar algo?
Nunca abandones tus sueños, porque los sueños son los que nos mantienen vivos.
Me despido con un proverbio chino: “Cuando soplan vientos de cambio, algunos construyen muros; otros, molinos”.
Te lo dice un amigo.
