Daniela Aza, es comunicadora e influencer de la discapacidad y nos cuenta su historia de vida.
Nació con artrogriposis múltiple congénita: Un síndrome neuromuscular que genera contracturas en las articulaciones. En su caso , en los miembros inferiores y superiores. “Le pongo onda para circular, aunque sea una odisea. Todas las personas con discapacidad encontramos en la calle muchos obstáculos como veredas rotas y hay que ponerle bastante voluntad. Es una sociedad que todavía no está pensada para personas con discapacidad”, se lamenta.
Hoy con 37 años, rememora que a sus 19, fue última operación años. Si bien tuvo la posibilidad de operarse para seguir mejorando, Daniela dijo : “hasta acá llegué”
Su Infancia
Daniela aún recuerda algunas escenas de su etapa escolar: Como cuando un profesor de educación física reunió a su papá y a su mamá y les comunicó: “Esta nena no puede hacer nada”. Confiesa que siempre fue de querer demostrar que podía y su familia le permitió hacer todo lo que quería. Los impedimentos, en cambio, venían más del entorno, que fue quien más la hizo sufrir .

¿ Cómo crees que los medios de comunicación tratan los temas sobre discapacidad?
—El término discapacidad es correcto. Decir personas con discapacidad es correcto. Es un término avalado. Muchas veces se generan eufemismos. Personas con capacidades diferentes. Capacidades diferentes yo no tengo. No vuelo ni adivino el futuro.
—Mis capacidades son las mismas que las de cualquier persona. Lo que sí tengo son formas diferentes de hacer y de lograr las cosas. A algunos les lleva más tiempo, a otros menos. Cuando nosotros decimos capacidades diferentes ya estamos poniendo a la persona con discapacidad como en otro mundo. Somos personas que consumimos, que salimos, que nos divertimos. Yo estoy casada, tengo relaciones sexuales y no me da pudor decirlo
¿ Qué mitos y prejuicios observas con frecuencia?
—Mis capacidades son las mismas que las de cualquier persona. Lo que sí tengo son formas diferentes de hacer y de lograr las cosas. A algunos les lleva más tiempo, a otros menos. Cuando nosotros decimos capacidades diferentes ya estamos poniendo a la persona con discapacidad como en otro mundo. Somos personas que consumimos, que salimos, que nos divertimos. Yo estoy casada, tengo relaciones sexuales y no me da pudor decirlo.

¿ Cómo haces valer tus derechos?
Aprendí que solamente nosotros podemos hacer valer nuestros derechos y defendernos. No es fácil y las condiciones varían de persona a persona y dentro de la discapacidad. Primeros las familias que tienen que apostar a que esa niño o niña con discapacidad crezca en un ámbito donde se sienta capaz y que esa persona se convierta en adulto para hacer valer sus derechos. Somos nosotros los que tenemos que salir a pelearla y reclamar lo que nos corresponde. Reclamar más visibilidad, más representación.
¿ Cómo nació tu historia de amor?
Me casé hace cuatro años. Una amiga en común nos presentó y reconozco que él se liberó de muchísimos prejuicios. Yo también aprendí a abrirme, estaba recién operada. No sabía si iba a tener pareja. Nos pusimos de novios y acá estamos. Fue un aprendizaje mutuo. Hay muchas cosas en la casa que yo no puedo hacer por falta de movilidad. Por ejemplo, desde abrir productos hasta llegar a algo alto. O de repente ponerme una media. Son cosas a las que no llego. En la calle siempre voy con él y me ayuda un montón.

Y cuando estás sola en la calle ¿ Cómo te manejas?
—En mi adolescencia es como que me hacía ruido pedir ayuda en la calle . Hoy en día ya tengo la seguridad de que si necesito ayuda, la pido. Y que la sociedad también se abra para brindar esa ayuda que a veces necesitamos. Que todo se encamine hacia más inclusión y más respeto a las personas con discapacidad. Por eso, en mis redes los invito a derribar estos mitos y prejuicios @shinebrightamc y conocer un poco más de mi.