Todo amor tiene un comienzo y el enamoramiento se ubica en el inicio de ese recorrido. Podría verse al enamoramiento como el primer escalón en la construcción de un amor. Este se da, por lo general, en los primeros meses de la relación cuando conozco a una persona, pues idealizo al otro y me generó ilusiones sin todavía conocerlo en profundidad. Encuentro en el otro virtudes que probablemente no tiene, pero que quisiera que tuviera, y aún no logro ver con claridad sus defectos.
Esta etapa es maravillosa, ya que es como si el tiempo se detuviera, no existe la edad, me siento completo y los problemas parecen desaparecer; no me importa nada más que estar con mi enamorado y pensar todo el día en él, hasta me cuesta conciliar el sueño, pues estoy tan feliz que quisiera que ese sentimiento nunca se acabara. Sin embargo, como toda ilusión, ha de tener un fin. Una escena de la película 500 días con ella (2009) muestra a la perfección esta etapa de enamoramiento. En ella, los personajes están dentro de un negocio de artículos para el hogar y bromean sobre cómo sería vivir juntos, se ríen, se muestran afectuosos y hay complicidad entre ellos. Son como dos niños jugando a ser adultos.
Por muy hermosa que suene, la etapa de enamoramiento, luego de pasado un tiempo, cae por su propio peso, puesto que me doy cuenta de que el otro no es tan maravilloso y perfecto como creía ni puede satisfacerme en todas mis necesidades. Así es como inicia la parte más difícil, que es la construcción de la pareja. Ese proceso ilusorio cae, dejó de idealizar al otro y lo empiezo a ver tal cual es. Noto en mi pareja cosas que no me gustan, me doy cuenta de que no es tan perfecto como creía y caigo en la realidad.
En los casos en que la relación logra atravesar esta etapa de ilusión-desilusión, es decir, que a pesar de ver los defectos en el otro y las diferencias que tenemos elijo de todas maneras quedarme con esa persona, se hace posible la etapa donde el amor se construye, en la que puedo ver tanto lo que me gusta como lo que no me gusta del otro y aceptarlo tal cual es, con respeto. Se da paso a una relación madura desde el reconocimiento de las diferencias subjetivas, porque de eso se trata el amor sano. No necesitar al otro, sino desearlo. Saber que de todas maneras puedo estar bien solo, pero aun así lo elijo para compartir mi vida.
Aclaró que la posibilidad de estar con alguien depende de aceptar esas cosas que el otro tiene y no me gustan, pero la condición para aceptarlas es que esas diferencias no me hagan daño, como podría ser que a mi pareja no le guste despertarse temprano y a mí sí o que no compartamos determinados gustos.
El amor no es siempre algo maravilloso. El amor es una emoción que todos podemos experimentar, pero para ello debo estar sano psíquicamente. Y eso es fundamental, porque si estoy sano, amaré de una forma sana; si estoy enfermo, amaré de un modo enfermo. El amor no siempre alcanza. Para encontrar a la persona correcta, primero debo ser la persona correcta y dejar muchas veces en el camino relaciones que me lastiman, lo cual no es fácil. Implica amarme, priorizarme y sentirme realmente merecedor de un amor sano.
Sabes que estás enamorado cuando no quieres acostarte
porque la realidad es por fin mejor que tus sueños.
Dr. Seuss