Hay nombres y apellidos, familias, que dicen mucho de una ciudad, de un pueblo o de un barrio. Vecinos ilustres, pioneros o simples hombres y mujeres destacados por su profesión, trabajo y acción comunitaria. En Lomas de Zamora tenemos varios ejemplos. Uno es Fonrouge. Su máximo exponente en el plano local fue Alberto “Cacho” Fonrouge, quien nació e hizo su notable trayectoria en nuestra comunidad.
En esa Lomas de la segunda mitad del siglo pasado, la esquina de Alvear y Castelli, lugar donde estaba la hermosa quinta “Fénix” (actual Escuela N°14), vivía la familia Fonrouge. Allí se marcaba un límite entre lo urbano y lo suburbano. Los tranvías hacían chirriar sus rodamientos cuando pasaban frente a la quinta, en su marcha lenta y pesada hacia la lejana Villa Albertina.
El padre de Cacho, Alberto Marcelo Fonrouge, ocupaba un lugar destacado en la política. Había sido juez federal, fiscal, legislador provincial, concejal e intendente de Lomas de Zamora. Murió en 1929, cuando Cacho era un chico de 15 años.
En el invierno de 1936, don Antonio San Miguel, que era el intendente de los sepultureros del cementerio de Lomas y vivía en Albertina, se enteró que su esposa había contraído una grave enfermedad. Bajo la lluvia y con un frío paralizante, Antonio tomó el último tranvía, el de las 22, para pedirle ayuda a Cacho Fonrouge, quien no dudó en llevarlo rápido en su auto hasta el club de Pelota, frente a la Plaza Grigera. Allí encontró a un doctor que asistió a la mujer y logró salvarle la vida. Villa Centenario se mostraba entonces como un lugar poco habitado y con escasa infraestructura. La atención sanitaria era un grave problema. Así nació la idea de crear una sala de primeros auxilios.
Fonrouge fue el gestor y el verdadero impulsor de este proyecto, haciendo aprobar los planos, obteniendo el concurso de firmas comerciales y poniendo todo el entusiasmo para que tantos esfuerzos culminaran en un acto público cuando se inauguró la sala en 1942. Ese día se le entregó a Fonrouge una medalla de oro y se lo nombró presidente honorario de la institución. Luego fue donada a la Municipalidad de Lomas, hasta que el aumento poblacional en la zona neutralizó a la modesta salita. Actualmente el hospital vecinal lleva el nombre de su creador.
La Universidad Nacional de Lomas también le debe mucho a Fonrouge. Santa Catalina es un lugar natural privilegiado de Lomas. El entonces senador nacional Alberto Fonrouge impulsó el proyecto de ley que propicia el traspaso a la Universidad de Lomas de Zamora de esas tierras, pertenecientes a la Universidad de La Plata. Otra asamblea en la Biblioteca Mentruyt reafirma la posición del doctor Fonrouge y se le termina de dar forma a su iniciativa. Así se concretó la aspiración de muchos estudiantes lomenses. El doctor Fonrouge fue un político de raza que hizo mucho por su querida Lomas de Zamora. Orador fino y sólido, docente de mérito y buen vecino. Tuvo su merecido homenaje: una calle céntrica en Lomas Este. ¡Hasta la semana que viene!
Artículo publicado en el diario La Unión de Lomas de Zamora.-