Criar a nuestros hijos nos plantea el desafío casi diario de encontrar nuevas maneras de
divertirnos y pasar tiempo de calidad con ellos. Las horas que se hacen largas, la rutina, el
cansancio, la sensación de que no se nos ocurrenada nuevo son fantasmas siempre al
acecho.
También buscamos conectar con otras historias de maternidad y paternidad. ¿Soy el único
que está pasando por esto? Que nos den consejos prácticos, hablar, o simplemente
compartir lo que nos pasa, y darnos cuenta de que vamos bien!
La experiencia de maternar y paternar no tiene por qué ser solitaria. Cada vez existen más
lugares y experiencias de crianza donde poder divertirse, pasar tiempo de calidad y crear
comunidad con otros adultos. O incluso, aprovechar el tiempo para trabajar, mientras los
chicos juegan en compañía.
“Kids Club es el lugar ideal para pasar tiempo de calidad y vivenciar experiencias positivas
fuera de casa, en un espacio protegido tanto para los chicos como para los papás. Hay
áreas de juego libre y talleres que los adultos pueden compartir con los chicos y con otros
papás, así como espacios para trabajar o disfrutar un café mientras ellos juegan. Explica
Sofia Churba, creadora de @kidsclubarg

Espacios de juego y experiencias compartidas: ¿Qué características tienen?
● Los juegos son libres y participativos. Se plantean actividades y talleres en los que
pueden estar juntos o separados.
● Hay espacios de recreación para los adultos: cafetería, zonas de trabajo con
conexión wi-fi, áreas de intercambio y conversación entre los papás.
¿Qué cosas se pueden hacer los chicos y los papás?
● Hay juegos didácticos y recreativos para bebés desde los seis meses hasta niños y
niñas de siete años;
● Están divididos en diferentes áreas, con pisos antigolpes y pensados para que
puedan participar los adultos;
● Proponen talleres de estimulación temprana para los bebés;
● Los papás pueden acompañar a los niños durante el juego (tobogán, disfraces, taller
de minichef, entre otros). El juego es libre.
● También pueden verlos jugar desde afuera, disfrutando un café, una merienda o un
almuerzo o compartiendo experiencias de crianza con otros papás, conectando con
otros adultos;
● Además pueden trabajar, ya que hay acompañantes todo el tiempo con los chicos en
las zonas de juegos.
“Nos interesa que los papás y las mamás se integren, que el lugar no sea una experiencia
únicamente para los chicos. Nos interesa la idea de crear comunidad: que entre ellos
también puedan conectar y distenderse, aprender y compartir historias. Además de los
juegos, organizamos rondas y talleres, buscando siempre la mayor inclusión”, agregó Sofia
Churba, creadora de @kidsclubarg
El lugar tiene tres zonas de juegos libres, en la que los papás pueden ingresar y salir
libremente. Hay colaboradores que acompañan a los chicos mientras se divierten.
Los juegos son didácticos (paneles de aprendizaje para la motricidad fina, pizarras
imantadas con letras), aunque también hay juegos de rol y de destreza, toboganes, tirolesa
y un laberinto. Los chicos se pueden disfrazar, hacer búsquedas del tesoro. Participan en
talleres de arte, de marionetas y de mini chef, además de fábricas de masas elásticas.
Los papás pueden participar de las actividades todo el tiempo, sea ingresando en las áreas
u observando desde afuera. Los pisos son antigolpes y los espacios están adaptados para
que participen los adultos.
Desde afuera de la zona de juegos, se puede compartir un café con otros papás y mamás.
Y además se puede aprovechar el tiempo para trabajar: quienes lo hacen a distancia
pueden hacerlo si necesitan. Hay un área con mesas y sillas y conexión Wifi, se puede
merendar, desayunar y almorzar. Los chicos quedan al cuidado de una cuidadora del sector
infantil.

La cafetería del lugar cuenta con opciones saludables, sin tacc, libres de lactosa y kosher.
También, hay talleres para la estimulación temprana con canciones durante la primera
infancia, orientadosa bebés y niños de hasta 2 años, con rondas participativas para papás y
mamás.
Los cambiadores de bebés son unisex, para que tanto los papás como las mamás puedan
cambiar el pañal en un lugar cómodo. Un día a la semana es de música y luces bajas para
chicos con trastorno del espectro autista (TEA).
“La crianza no tiene por qué ser algo rutinario o solitario. Se puede salir y conectar,
desestructurarse a través del juego, conocer a otras personas que están atravesando por lo
mismo que nosotros, charlar, compartir experiencias y pasar un buen momento con los
chicos y otros adultos.”- Concluye Sofia Churba.