sábado, abril 20, 2024
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Tips e ideas para estimular la lectura en  niños y jóvenes

Este año, la Feria del Libro de Buenos Aires fue un éxito rotundo de convocatoria, y se vieron miles y miles de chicos, no sólo en los stands de las editoriales, sino también en las salas, dialogando con autores, lo que nos hace replantear si será verdad que los niños y jóvenes ya no leen como los de antes.

Ya sabemos que los chicos de hoy son mucho más visuales y se conectan con mucha facilidad a las pantallas. De hecho, mucho de lo que leen, se los deben a sus referentes: bloggers, booktubers y bookstagrammers, o a plataformas como Wattpad o Goodreads.

¿Por qué leer?

Aquellos chicos que leen mejoran sus habilidades cognitivas, además de desarrollar mayor autonomía y capacidad reflexiva. Además, desarrollan su vocabulario, mejoran su ortografía, estilo y redacción, aumentan su concentración, su comprensión lectora, mejoran habilidades como la empatía, la creatividad, la imaginación y mantienen activa su mente. Como si fuese poco, aprenden a autogestionar el aburrimiento.

Leer es un proceso reflexivo, que profundiza la metacognición, el pensamiento crítico, y activa la imaginación. En un estudio del neurocientífico Alexandre Castro-Caldas y su equipo de la Universidad Católica Portuguesa, se demostró que leer modifica las características anatómicas del cerebro. Es decir que aquellas personas que leen presentan un mayor número de conexiones neuronales y, a la vez, estas son más eficientes, lo que implica un aumento de nuestra reserva cognitiva ante el envejecimiento o las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro de hacerle frente o bien retrasar un posible deterioro cognitivo al promover una red neuronal más fuerte. Esto no significa que las personas lectoras estén exentas de esta enfermedad, pero al incrementar la eficiencia de las neuronas con la lectura deberían perderse muchas más conexiones para que se empiecen a notar los efectos del Alzheimer. Así que a leer, y cuanto antes empiecen los chicos, ¡mejor!

Te comparto algunas ideas para trabajar en casa para estimular el placer de la lectura con los chicos:

·       Liderá con el ejemplo: si lo que buscamos es que los chicos sean lectores, debemos predicar con el ejemplo. Si lo único que ven es adultos usando celulares, seguramente el celular será su primera opción de recreación y no le encontrarán valor a la lectura.

·       Una buena idea es tener en casa diferentes tipos de textos e ir variando, a lo largo del día, cómo los utilizamos: leemos juntos, que lean solos, leerles a ellos o que ellos te lean a vos. Esto es ideal para aquellos chicos que no pueden/quieren leer. Es decir, empezamos por algo informal.

·       Si no les gusta leer, o se distraen fácilmente, probá con algo corto, como tal vez un libro de historietas (comics), de chistes, de magia, o manga.

·       Lo primero que debemos considerar es qué les gusta a los chicos, qué les da curiosidad, qué los motiva, qué los apasiona y tratar de encontrar algún libro que hable sobre eso que les interese. No elijas lo que te gustaba leer a vos, elegí el género que más se adapte a su edad e interés.

·       Debemos tener cuidado con el nivel del libro. Si es muy fácil, se van a desmotivar; si por el contrario, es muy difícil, se van a frustrar. Te comparto una buena idea para saber si el libro es del nivel adecuado: los chicos abren el libro que quieren leer en cualquier página. Por cada palabra que no conocen, levantan un dedo.

De 0 a 1: el libro es probablemente muy fácil para ellos.

2: Una buena opción que les va a ofrecer un pequeño desafío pero los va a alentar a conocer nuevas palabras.

3: los chicos podrían necesitar ayuda, pero podría funcionar si les gustan los desafíos.

4: Podría ser difícil para que lo lean por sí mismos. Con ayuda, podría funcionar; si no, sería mejor evaluar otra opción.

5: Tal vez sea muy difícil para ellos. Mejor elegir otra opción.

·       Podrían armar una biblioteca ambulante entre amigos. Cada uno puede llevar algunos libros que haya disfrutado leer, en algún encuentro se ponen sobre una mesa y cada uno elige el que más le guste. También podríamos incentivar a nuestros hijos a escribir una pequeña reseña o crítica y pegarla detrás del libro con algún post-it. ¡Ahora son críticos literarios!

·       Otra idea es leer el mismo libro -ellos y vos- y discutirlo juntos. ¡Una buenísima manera de desarrollar le pensamiento crítico, el autoconocimiento y compartir una actividad juntos!

·       Visitar librerías y bibliotecas es algo que debemos incentivar. Entrar a una librería y elegir lo que más les gusta de cientos de opciones, es muy motivador. Pueden agendar alguna visita a una biblioteca o librería y sentarse a leer ahí. ¡Ojalá encuentren alguna opción que los tiente y se lo quieran llevar!

·       Pueden tratar de predecir acerca de qué tratará el libro por su título, leer juntos un párrafo y desde ahí armar su propia aventura o hacernos preguntas divertidas, o profundas, o lo que se les ocurra.

·       Podrían armar un rincón de lectura, un espacio de lectura especial con luces especiales, una carpa, un puff, una alfombra, snacks o lo que tengan ganas.

·       Pueden investigar al autor, hacer predicciones, investigar sobre el tema…

·       Después de leer, pueden imaginarse una segunda parte, o qué pasó con los protagonistas, o “meter” un personaje nuevo y ver qué cambios se hubieran producido en la historia con ese personaje nuevo…

·       Otra opción son los libros digitales o audio-libros. Existen cientos de opciones que seguramente van a poder captar la atención de los chicos.

·       No tener tiempo no puede ser una excusa, háganse el tiempo para leer: antes de acostarse, después de almorzar, o cuando sea conveniente para ellos.

·       Por último, si tu hijo se queja que no puede ver bien o ves que entrecierra los ojos para leer, no descartes una visita al oftalmólogo. Podría tener problemas en la visión los cuales son importantes detectar a tiempo.

En la escuela también podemos incentivar el placer por la lectura a través de actividades que involucren cognitiva y emocionalmente a los alumnos.

Algunas actividades para trabajar en el aula:

• Predecir a través de la tapa, el título o el autor.

• Adivinar personajes, épocas o situaciones.

• Visualizar personajes, situaciones o lugares.

• Inferir qué pasó y qué pasará.

• Conectar lo que leen con otras historias, con algo que sepan.

• Hacer preguntas hipotéticas sobre lo que se lee. Por ejemplo, leemos: “El detective usaba una gorra de lana”. ¿Por qué?, ¿para taparse la pelada?, ¿para parecer más joven?, ¿porque hacía frío?, ¿porque tenía una cicatriz?

• Hacer un juicio de valor sobre lo que hicieron los personajes y decir qué hubieran hecho en su lugar.

• Investigar e ir a las fuentes para verificar datos sobre la época, por ejemplo.

• Priorizar los eventos más importantes del capítulo.

• Sintetizar o juntar ideas para generar una nueva idea.

• Resumir, categorizar, seleccionar, combinar o reformular información.

• Contar desde otra perspectiva, narrar desde otra mirada.

Además,Podemos organizar grupos de lectura en los que cada equipo lea un capítulo y, al término de un tiempo, cada uno (en orden) le cuente al resto de la clase lo que sucedió, con la mayor cantidad de detalles posible.

El código QR

El código QR es la puerta de entrada a un sinfín de contenidos, enriquecidos por lo audiovisual. Es el camino de ingreso al mundo virtual desde la comodidad de un sillón, una silla, ¡o el asiento de un colectivo!

Podemos pedirles a los alumnos que graben un tráiler de algún libro que hayan leído o que esté en la biblioteca de la escuela. Como en las películas, puede ser un video actuado o narrado que resuma el texto. Los estudiantes se grabarán, enlazarán el video de su tráiler o resumen a un QR, lo imprimirán y lo pegarán en la contratapa del libro. Será una manera de abordar la obra y a la vez contarles a los futuros lectores cuál es la trama.

No lo olvides, incentivar el placer por la lectura es tan importante que no debemos obligar a los chicos a leer. La idea es inspirarlos, incentivarlos, pero no forzarlos.

Por Laura Lewin, especialista en educación y autora

@lauralewinonline

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