sábado, junio 3, 2023

Psi_ en línea

El psicoanálisis en tiempos de cuarentena.

En estos días de duro confinamiento estamos viviendo, en prácticamente todos los países, reacciones espontáneas de apoyo mutuo, de homenajes diarios desde los balcones, y de celebraciones que permiten dar un respiro emocional. Pero que también están cargadas de un gran simbolismo reparador.

En estos tiempos en el que muchos estamos encerrados en casa por la pandemia del coronavirus es cuando más nos damos cuenta de lo importante que pueden ser las variables psicológicas y nuestro comportamiento: tanto lo que pensamos, y que es menos racional de lo que a menudo creemos, con relación al coronavirus; como lo que hacemos. Es decir, lavarnos correctamente las manos, anular desplazamientos innecesarios y teletrabajar si es posible, para no convertirnos en vehículos para facilitar el contagio del coronavirus. Y no podemos olvidarnos de cómo nos sentimos: impresionados por una situación excepcional, quizás tristes, puede que asustados, alarmados e incluso más vulnerables que nunca, en un mundo en el que pocas veces se tiene ocasión (más bien obligación en este caso) de pararse a pensar y ser conscientes de nuestra fragilidad como humanos.

Yo resumiría en pocas palabras diciendo que bien, que adelante, con nuestra ansiedad y estrés, que son reacciones humanas y lógicas, pero que no podemos dejar ni que nos dominen ni que nos nublen nuestra capacidad de dar respuestas racionales, sensatas y siguiendo las normas que las administraciones y los profesionales sanitarios nos indican.

Y cómo dicen que mejor ocuparse que preocuparse, concentremos nuestro esfuerzo no en lo que no podemos controlar (dejemos que quién puede controlarlo trabaje para nosotros tranquilos) y hagamos lo que sí que podemos controlar: quedarnos en casa (#yomequedoencasa) si nos es posible, teletrabajar, ayudar a nuestros vecinos, #lavarnoslasmanos, #notocarnoslacara y en definitiva vivir con toda la normalidad posible una solución excepcional, pero, que nadie lo dude, pasará.
No hay coronavirus que pueda con nosotros cuando trabajamos juntos.
Tuve el placer mediante una amena videollamada de contactarme con la Licenciada en Psicología, graduada en la Universidad de Buenos Aires Maria Laura Leonardi (MN 64530), la cual mediante su experiencia que desarrolla en el ámbito Clínico y Laboral, brindando asistencia psicológica a adolescentes y adultos en consultorio particular (hoy virtual); y realizando consultoría y evaluaciones psicotécnicas en instituciones privadas hasta el confinamiento, me pudo compartir su presente en medio de tanta incertidumbre.

Antes de la existencia de la cuarentena ¿Habías atendido algún paciente con otra metrología que no fuese presencial? (Wtsp, zoom, videollamada)
No, nunca antes había realizado atención psicológica online. Mi experiencia en este campo fue en el ámbito laboral, realizando evaluaciones psicotécnicas a través de Skype relacionadas con búsquedas de personal en el interior del país. Con respecto a la psicoterapia, siempre la ejercí de manera presencial en consultorio privado, hasta este momento en el que el contexto me invitó a ampliar mi perspectiva sobre la práctica y a repensar el modelo tradicional. Esto fortaleció aún más en mí la creencia de que la terapia va más allá del tiempo, del espacio y del marco teórico; la terapia también es un vínculo.

Al momento de arrancar con dicha iniciativa prácticamente obligatoria ¿cómo fue el proceso de comunicárselo a tus pacientes?

Cuando se tomó la medida “Aislamiento social, preventivo y obligatorio” en el mes de marzo, tanto mis pacientes como yo creíamos que duraría esos 15 días que nos habían informado, por lo que en principio se decidió suspender el tratamiento de todos hasta que se pudieran retomar las sesiones en consultorio. Fue a partir de la extensión del mes de abril que tome la decisión de implementar la modalidad online no sólo por la continuidad de sus espacios terapéuticos sino también para darles contención en este momento tan particular. Se los comuniqué como una invitación a retomar su espacio habitual dentro de un marco diferente y las respuestas fueron variadas: Algunos lo tomaron con mucha naturalidad y lo aceptaron de inmediato, hubieron otros más escépticos que necesitaron de un primer encuentro a modo de prueba (y luego continuaron) y otros optaron por suspender el tratamiento, no sólo por la incomodidad que les generó la propuesta sino también por cuestiones económicas derivadas de la cuarentena.

Los diagnósticos y/o tratamientos que venías llevando a cabo ¿se agravaron en algún paciente a causa de la existencia del covid-19?

En los pacientes que ya hacían un tratamiento psicológico con anterioridad a la cuarentena no observé agravamientos en sus patologías de base, sin embargo todos en alguna medida presentaron síntomas derivados de esta situación: Angustia, ansiedad, ataques de pánico, trastornos del sueño (insomnio o pesadillas intensas), desordenes de alimentación. Por otro lado, en el transcurso de estos meses he recibido consultas (algunas de ellas luego devinieron en tratamientos) por sintomatología relacionada con el aislamiento en personas que hasta el momento gozaban de equilibrio emocional y no sentían la necesidad de acudir a un psicólogo/a.

El malestar psicológico es un denominador común y si bien para cada uno el aislamiento representa y se manifiesta de manera distinta, el trabajo con todos fue y sigue siendo alojar, contener y construir recursos y conductas saludables que permitan amortiguar el impacto del aislamiento social en la subjetividad.

¿Existen diferencias en relación a la actitud del paciente versión virtual/versión presencial al momento de expresarse?

En la experiencia con mis pacientes antiguos, con quienes puedo hacer esta comparación, noté dos variantes: Algunos muestran el mismo compromiso con el espacio, la misma forma de expresarse y de pensarse a sí mismos; aquellos con los que el trabajo analítico sigue su curso con habitualidad. Sin embargo otros lograron avances muy importantes que yo lo relaciono con la distancia de la mirada de analista y la seguridad que brinda un espacio tan propio como es el hogar, que en estos casos habilitó palabras y puertas distintas.

¿Crees que esta iniciativa perdurará post pandemia?

Beneficios/Dificultades

La modalidad de atención online tomó notoriedad y mayor impulso a raíz de la situación de pandemia y aislamiento social, sin embargo es un formato que muchos psicólogos implementan hace ya varios años porque el avance de la tecnología permitió encuentros que antes por cuestiones geográficas o de disponibilidad horaria no se podían concretar. En el caso de mi práctica profesional, la atención online es un formato que planeo seguir implementando en los casos en que el consultante/paciente así lo prefiera y yo lo considere viable. Con esto señalo algo muy importante, que es la contracara de esta modalidad y la base del reclamo de la salud mental como servicio esencial: Si bien el tratamiento online permite conexiones (nuevas o ya existentes) es fundamental saber que no todas las psicopatologías son abordables a distancia; que hay pacientes que necesitan de la presencia de su analista y la disponibilidad de servicios y dispositivos de salud mental a los que recurrir.

GRACIAS Licenciada! , acá apuntamos su sitio web para conectarte con ella www.marialauraleonardi.com.ar

Y recuerden:

“No importa como te sientas hoy, levantate, vestite y salí a tu ventana a brillar; el sol no es suficiente para iluminar todo el planeta, también te necesita a vos”.

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